Cynthia vive en Paraná y eligió el parto domiciliario para el nacimiento de su hija, hace 10 años atrás. Fue una determinación que llevó un proceso, en medio de una búsqueda para que sea un acontecimiento especial. Se contactó con un grupo de personas que acompañaban a futuras mamás en el período de gestación y en el alumbramiento, y tomó la decisión. Al respecto, contó a UNO: “En realidad es un proceso que se va elaborando a lo largo de la gestación, se va construyendo. Yo tenía un equipo en ese momento de una doula, la ginecóloga y la obstetra. Ellas acompañaban a las mujeres que decidían parir en su hogar. Buscando información de lo que significaba ese acompañamiento, tomé la decisión y el papá de mi hija también pudo acompañarla, ya que se necesita generar en ese proceso una construcción de muchísima confianza con la persona que va a estar en ese momento; en este caso yo con mi doula y él, para que justamente ese proceso sea lo más armonioso posible”.
El parto domiciliario gana adeptos, aunque los profesionales no lo avalan
Especialistas vinculados a la salud desaconsejan el parto domiciliario por el riesgo que significa. Informarse es clave para decidir dónde y cómo parir
Por Vanesa Erbes
Profesionales de la salud desaconsejan el parto domiciliario por los riesgos que implica
Asimismo, sostuvo: “Debe ser una decisión lo más consciente posible, y para eso se necesita información médica, y también es una información intuitiva que te da el cuerpo. Yo tenía un embarazo muy saludable, nunca tuve ningún tipo de inconveniente, entonces eso también ayuda a decidirlo, sabiendo que el bebé va a estar bien, y que yo también orgánicamente también voy a estar bien después de parir”.
Según recordó, su hija nació antes de que la médica obstetra llegara a su domicilio. A su bebé la recibieron la doula y el papá. “Se dieron una serie de factores ese día que hicieron que finalmente tuviera a mi hija antes de que llegara la médica, porque ya estaba coronando, ya estaba saliendo la bebé. En ese momento estaba con la doula, que tenía mucha experiencia de acompañamiento y también estaba formándose en partería, entonces tenía todos los elementos indicados para escuchar el latido del corazón de la bebé, cómo iba su pulso, cómo iba mi propio pulso también en términos médicos. La obstetra se demoró unos minutos y cuando llegó finalmente yo expulsé placenta, al cordón ya lo habíamos cortado, y fue una experiencia muy hermosa”, destacó.
Acto seguido, remarcó: “Siempre se tiene que estar con todos los cuidados. Sobre todo la mamá va sintiendo en el propio proceso de gestación y como todo plan de parto, así sea en una casa, o en una clínica o un hospital, o donde sea, la información tiene que estar lo suficientemente elaborada para tomar la decisión sobre qué parto voy y quiero tener. En ese sentido, la ley de Parto Respetado, que es posterior a mi parto, también genera un marco de información, y las obstetras y los ginecólogos están más formados. Al menos hay una perspectiva de derecho de la persona gestante para poder decidir sobre cómo quiere parir”.
Considerar una emergencia en el parto domiciliario
La de Cynthia y las de otras muchas mujeres fueron experiencias que permitieron traer vida dentro de un ambiente familiar y conocido, generando un momento de mayor más intimidad, sin procedimientos que muchas veces se llevan adelante en un nosocomio y que pueden causar incomodidad, pero hay ocasiones en que este tipo de práctica está totalmente contraindicada, como el antecedente de haber tenido una cesárea previa. Esta fue una situación que desatendió la médica obstetra de Rosario María Cristina Giménez, que hace un par de semanas atrás una fue condenada a cinco años de prisión y 10 de inhabilitación por homicidio culposo y lesiones gravísimas, tras dos partos domiciliarios de mujeres con cesáreas previas que eran sus pacientes, quienes sufrieron severas complicaciones: una de ellas murió junto con su bebé, mientras que la otra perdió el útero en una cirugía de emergencia, y su hijo falleció.
Este hecho encendió nuevamente el debate sobre los riesgos de parir en casa, una procedimiento que en la Argentina no es ilegal, pero tampoco está regulado por el Estado, y que la mayoría de los profesionales de la salud no avalan por lo riesgos que implica en caso de presentarse alguna emergencia. Cabe aclarar que a nivel país rige la Ley 25929 de Parto Respetado –que fue promulgada en 2004 pero recién se reglamentó en 2015–, una norma que protege a las personas que van a dar a luz, contempla el respeto por sus tiempos biológicos y la posibilidad de tener compañía en el parto y de estar junto al bebé desde el momento del nacimiento, garantizando los derechos de las personas gestantes, antes, durante y después del alumbramiento, y también de las personas nacientes, pero no tiene un alcance específico sobre el parto domiciliario.
Argumento médico
La médica Vanina Mildenberger, presidenta de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Entre Ríos. (Soger), dialogó con UNO sobre el tema y señaló: “Los partos domiciliarios se realizan hace un tiempo en Paraná. Nuestra postura como Sociedad de Ginecología y Obstetricia es totalmente en contra del parto domiciliario, al igual que el Colegio de Obstetricia de la provincia. En la gestión anterior nos reunimos con la entonces ministra de Salud Sonia Velázquez por esta cuestión. Las licenciadas en Obstetricia plantearon, y se gestionó un expediente, un tema de incompatibilidad de funciones, ya que la gente que hace los partos domiciliarios no está avalada con algún título profesional vinculado a la salud; son personas que en general no son ni médico ni obstetra, y no están formadas en ese sentido para la atención de un parto”.
Si bien en Paraná afortunadamente no hubo casos como los ocurridos en Rosario, los riesgos son difundidos por las entidades médicas de la provincia y también en los consultorios, ya que es cada vez más frecuente que las futuras madres pregunten a su ginecólogo o ginecóloga acerca de esta posibilidad. Sobre este creciente interés, Mildenberger analizó: “Los que nosotros evaluamos es que ahora está muy de moda el término de parto humanizado, pero hay que diferenciar entre un parto humanizado y un parto domiciliario. Un parto humanizado es lo que hacemos todos los profesionales que intervenimos, ya sea en un parto o una cesárea, que ahora también se usa el término cesárea humanizada, respetando todo lo que involucre a la mamá y a ese hijo o hijos por nacer. Entonces, desde ese cuidado, desde esa protección que se hace, es humanizado, más allá de que esté dentro de una institución con todo el respaldo científico”, aclaró.
Al respecto, precisó: “Ahora lo que se tiende es que no se le ponga suero a la mamá, que no se le haga medicación, que no se haga episiotomía, entre otras cosas que son tendencia. Se puede respetar de la misma manera estando dentro de un sanatorio o estando dentro de un hospital, tanto en la parte pública como en la parte privada. Trabajo en los dos lados, por eso tengo las dos visiones. En el privado, como Presidenta de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia, y en el Hospital San Roque estuve hasta fines de 2023 en el servicio de Obstetricia y ahora estoy en la dirección del Hospital San Roque, pero como secretaria técnica del Área de Maternidad. En los dos ámbitos se respetan todos los derechos de la mamá, del bebé y de la familia que acompaña ese nacimiento, ya sea al hacer el curso de preparto para preparar a la mamá y a la pareja, o al familiar que decide acompañarla; ingresan los familiares durante el trabajo de parto, ya sea a la sala de parto o al quirófano si ese parto termina por vía quirúrgica, es decir en una cesárea; se hace el acompañamiento de la preparación de la lactancia materna y todo lo que es el cuidado de ese momento”.
La especialista comentó además que si algo se complica en un parto hay que contener toda la situación. En este sentido, afirmó: “El riesgo que nosotros vemos en los partos domiciliarios es, por un lado, no tener un profesional preparado para atender esa emergencia; y por otro, es no tener la complejidad ante una complicación, porque en el sanatorio si algo se altera, se alteran los latidos, no avanza el trabajo de parto, la mamá se agota, o se da cualquier hecho propio del trabajo de parto, uno tiene un quirófano al lado y se puede resolver. O asimismo, si estás en la sala de parto, tenés toda la complejidad a disposición, la medicación, la sangre, el profesional de Neonatología que recibe a ese bebé, todo está preparado para eso. O sea, con los riesgos que nosotros vemos justamente no está respetado ese binomio haciendo un parto domiciliario”.
“Todos pasamos por la consulta y hay profesionales que aceptan esta modalidad. También hay muchas veces tenemos pacientes que van con nosotros como ginecólogos, hacen el curso con la obstetra como corresponde y tienen la tercera opción, que es ir con las doulas o las personas que hacen estas consultas para partos domiciliarios. Y nos pasa muchas veces que la paciente nos plantea que llegada la fecha va a hacer el parto en el domicilio, y nos pregunta si nos puede llamar si algo se le complica, si pueden ir al sanatorio. Obviamente que uno le explica, la contiene”, comentó, y refirió: “Pasa mucho acá en Paraná que algunos de estos partos domiciliarios se resuelven felizmente y sin ninguna complicación y por eso tenés gente que te va a decir que le fue fantástico con esa experiencia. Pero también tenemos las pacientes que llegan tanto al hospital como a la clínica privada en un estado en el que el profesional y la institución tienen que actuar, haciendo una cesárea de urgencia, o un bebé que queda internado en Neo, o una mamá que necesita terapia, necesita sangre, termina en una histerectomía porque el útero tuvo un estallido uterino. O sea, la complicación existe”.
“Lo que nosotros le explicamos a las pacientes que nos dicen que en tal país es rutina hacer partos domiciliarios es que muchas veces se hacen con la ambulancia en la puerta, y con un médico dentro de la casa. Entonces ante cualquier complicación se sube el médico a esa ambulancia y en cinco o 10 minutos están en una institución y lo resuelven. Pero acá no están dadas las condiciones para esto”, acotó Mildenberger.
Denuncia de intrusismo profesional
Por su parte, la licenciada en Obstetricia Lía Ramírez, presidenta del Colegio de Obstetras de Entre Ríos, recalcó: “La mayoría de las colegiadas y los colegiados de nuestra institución no estamos a favor de los partos domiciliarios. Nos hemos pronunciado mucho y ha sido tema de asambleas esta cuestión del parto domiciliario, sobre todo por el intrusismo profesional, porque estamos hablando de personas que están asignadas a las mujeres que optan por parir en su casa que no son profesionales de la Obstetricia. Desde el Colegio se han iniciado investigaciones y hemos llegado hasta la Fiscalía”.
“En mi caso he atendido mujeres cuyo parto anterior fue domiciliario y han vuelto a la institución por las experiencias que han tenido, sumamente riesgosas con las doulas y las personas que se hacen llamar parteras de la tradición, que se forman en escuelas de partería tradicional que no están reconocidas como profesiones para la atención de personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) misma decretó que la partera tradicional no es una persona cuasi formada para la asistencia de una mujer gestante, no tiene formación universitaria ni un título con reconocimiento”, enfatizó.
Al respecto, subrayó: “Siempre es importante asistir a un profesional matriculado en cuanto a la salud de uno mismo, ni hablar lo que es la salud de una mujer embarazada, donde estamos hablando de dos personas absolutamente sanas que no tienen que llegar al punto de la urgencia. Sabemos que en la obstetricia en cinco minutos puede volverse una urgencia, y los profesionales de salud que asistimos a la obstetricia sabemos que el mejor medio es estando en un lugar donde podamos responder rápido a la urgencia”.
Asimismo, Ramírez alertó: “Históricamente la doula era la acompañante que podía tener una mujer, que le servía su comida, pero siempre estuvo la figura de la partera, hasta cuando no existía la medicina misma, que era la persona que era la adecuada y se respetaba esa persona que era la que se dedicaba a eso. Y actualmente las doulas hacen un acompañamiento no sólo del trabajo de parto, sino que ya dictan el curso de preparto, hablan de puericultura, son consejeras en lactancia, pero todo sin estar formadas académicamente”.
Por último, observó que el parto respetado es una premisa que se cumple en los nosocomios, por lo que instó a optar por un ámbito seguro al momento de traer una vida al mundo: “Hoy las obstetras somos personas de ciencia y acompañamos a la medicina misma con toda la formación que tenemos, y hemos inculcado mucho el tema del respeto del momento del parir. Somos las que estamos al lado de la mujer cuando está en el trabajo de parto, cuando está con las molestias; pasamos las horas y vemos ese momento y lo vivimos. Por suerte también nuestros compañeros médicos se han adaptado a eso. Hace 20 años ya que ejerzo y he visto un cambio increíble en ese sentido: hoy gracias a la ley se evalúa si es necesario hacer un corte, si se hace la anatomía, se espera, se respetan los tiempos, se explica mucho más. Y es muy importante también la asistencia al curso de preparación integral para la maternidad, en el ámbito público y en el privado”, concluyó.