A pesar de que la densidad poblacional de la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) ha experimentado una notable reducción de más del 90% en comparación con el mismo período del año anterior, un reciente monitoreo realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Entre Ríos ha detectado la presencia de esta plaga en cinco de los doce puntos que fueron observados en la provincia.
La chicharrita del maíz vuelve a ser detectada en Entre Ríos
Un monitoreo del Instituto Nacional de Tecnológica Agropecuaria detectó la chicharrita del maízen varios departamentos entrerrianos
Esta información fue dada a conocer por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la provincia, que respalda la difusión de los resultados obtenidos durante el mes en curso por los profesionales del INTA.
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Instituto Nacional de Tecnológica Agropecuaria
El monitoreo se llevó a cabo a través de la observación visual de plantas de maíz y el uso de trampas cromáticas, con el objetivo de evaluar la presencia de la plaga y la densidad de la población de chicharritas. Los departamentos de Concepción del Uruguay, Paraná, Diamante y La Paz fueron los que registraron la presencia de adultos de chicharrita del maíz en los cultivos monitoreados. Esta información es crucial, ya que el seguimiento realizado en estos sitios permitió conocer los estados fenológicos de los cultivos y los valores correspondientes a la densidad de chicharritas por planta en cada zona.
El INTA Entre Ríos también informó sobre las densidades poblacionales de adultos de chicharrita, que varían según los estados fenológicos de las plantas en los cultivos relevados. En los cultivos de Concepción del Uruguay, la densidad fue de 0,028 chicharritas por planta en el estado fenológico V3, mientras que en Paraná se registró una densidad de 0,008 en el estado fenológico V4. En María Grande, la densidad fue de 0,080 en el estado fenológico V4, y en Diamante se detectó una densidad de 0,020 en el estado fenológico V6.
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La chicharrita del maíz
La chicharrita del maíz, conocida científicamente como Dalbulus maidis, es un insecto que juega un papel fundamental en la propagación de una enfermedad agrícola muy perjudicial denominada “achaparramiento del maíz”.
Esta enfermedad se transmite cuando el insecto infecta plantas sanas al alimentarse de las plantas enfermas, lo que hace que se propague rápidamente a través de los cultivos. La chicharrita es un insecto monófago, es decir, se alimenta exclusivamente de maíz durante todo su ciclo de vida, lo que le permite concentrar toda su actividad en este cultivo y hacerlo particularmente vulnerable.
Este insecto tiene una gran capacidad de adaptación, especialmente a las temperaturas altas, lo que lo hace aún más problemático en determinadas regiones durante los meses más cálidos. Las condiciones climáticas, como las altas temperaturas combinadas con abundantes precipitaciones, son factores que favorecen enormemente la proliferación de la chicharrita. Además, el escalonamiento en las fechas de siembra del maíz crea un ambiente ideal para su rápida migración y reproducción. Esto genera una propagación acelerada de la plaga, que, a su vez, puede ocasionar daños considerables en los cultivos de maíz, reduciendo la producción y afectando la calidad del grano.
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Para mitigar los efectos de esta plaga y prevenir su expansión, el INTA recomienda a los productores realizar un monitoreo constante de los lotes sembrados. Este monitoreo es una de las herramientas más efectivas para detectar la presencia de la chicharrita del maíz en una etapa temprana, lo que permite a los agricultores tomar medidas preventivas antes de que los daños sean más graves. El monitoreo debe incluir la observación regular de las plantas, registrando en detalle la cantidad de plantas observadas, con al menos diez puntos de observación por cada lote sembrado. Además, se debe estimar el número promedio de chicharritas por planta para tener una visión clara de la densidad poblacional de la plaga.
Este enfoque sistemático de monitoreo continuo permite detectar la presencia de la plaga a tiempo y también ayuda a los productores a tomar decisiones más informadas sobre el manejo de la plaga. Esto incluye la aplicación de estrategias de control más eficaces, como el uso de insecticidas o la implementación de prácticas agrícolas que ayuden a reducir la propagación de la plaga. En última instancia, el monitoreo y control adecuado de la chicharrita del maíz es crucial para garantizar la salud de los cultivos.