Con el objetivo de poner en práctica todos los conocimientos adquiridos y compartir una jornada de camaradería en contacto con la naturaleza, unos 27 chicos que asisten a la escuela municipal de canotaje realizaron una travesía por las aguas del río Paraná y el arroyo Las Conchas, partiendo desde Villa Urquiza hasta la dársena del puerto en la capital entrerriana.
Alumnos de la escuela municipal conocieron lugares recónditos del río Paraná
Alumnos de la escuela municipal palearon desde Villa Urquiza hasta la capital entrerriana, yendo por el río y el arroyo Las Conchas.
Por Víctor Ludi
Una combi los trasladó hasta Villa Urquiza, mientras que los botes fueron llevados en un trailer. Allí fueron recibidos por la gente del Club Náutico de la localidad, quienes los acompañaron en los primeros tramos de su recorrido.
La travesía por el Río Paraná
Alrededor de las 9 partieron desde la playa de la localidad balnearia río abajo hasta la desembocadura del arroyo y por allí se desviaron paleando hasta donde realizaron la primera parada, en el lugar conocido como Las tres bocas.
Tras algunos minutos de descanso, continuaron su rumbo. Allí fue donde tuvieron la parte más complicada del periplo, ya que como la profundidad del agua era muy poca y los botes quedaban encallados, por lo que debieron caminar algunos kilómetros cargando las embarcaciones hasta llegar a la confluencia del arroyo y el río, ubicada a unos seis kilómetros de la Escuela de canotaje, expedición y natación de aguas abiertas (Ecenaa).
El tramo final fue por el Paraná hasta la Ecenaa, donde llegaron alrededor de las 14.30 para finalizar su travesía.
Además de disfrutar de esta aventura, los chicos aprovecharon para ir limpiando el escenario natural. Cada objeto que veían lo recogían y lo ponían en bolsas dentro de su bote.
Pablo Taulada destacó la experiencia
Pablo Taulada, el instructor de canotaje que está a cargo de las clases en la escuela municipal, habló con UNO y se refirió a la jornada.
“Quisimos que los chicos tengan una experiencia diferente, para que conozcan nuevos lugares de nuestro río. Fue una jornada más que positiva en todo sentido, porque ellos se fueron más que contentos por lo vivido, porque compartimos un lindo momento y porque aprovechamos para limpiar lo más que pudimos el lugar, tanto el río como en el arroyo. Por suerte el clima nos acompañó y lo único que no nos favoreció fue este tramo en el arroyo en el que el agua no tenía más de 30 centímetros de profundidad. Mientras caminábamos vimos una raya y nos asustamos un poco, pero movimos el agua para hacer ruido para que se vaya. Los chicos son conscientes de que ése es el hábitat del animal y hay que respetarlo. Fuimos con mucho cuidado y no pasó nada. Hubo padres que se emocionaron cuando los vieron llegar y fue algo realmente muy lindo. Además pudimos juntar tres grupos diferentes y todos trabajaron en sintonía para disfrutar de la jornada. Son travesías que no las podemos realizar tan seguido ya que no son fáciles porque hay que organizarlas con tiempo para conseguir todo lo que se necesita, pero que realmente valen la pena”, recordó.
Además Taulada contó que intenta transmitir un mensaje de consciencia ambiental: “Trato de dejar sembrada una semilla y que las otras personas deberán cosechar los frutos. Yo intento transmitir la importancia de cuidar nuestro río y arroyos, siendo respetuoso con la flora y fauna silvestre, porque quiero que las personas que hoy son adolescentes el día de mañana se lo transmitan a las próximas generaciones. Si no cuidamos nosotros nuestro lugar nadie lo hará. Para eso trato de que ellos disfruten de jornadas como estas, en la que además de aprender los secretos del deporte se divierten”.